
Los rasgos de la enfermedad
Paso mis dedos por la superficie de piel sobre la que había crecido la larga melena de la pequeña Ángela. De mi pequeña. Un año antes, con tan solo ocho añitos, ya vivía por y para su pelo. Duro, brillante y gris, diferente al del resto de las niñas de su edad, fue lo primero […]